Todo hábito que se incorpora en edades tempranas, se conserva para toda la vida. Cuánto antes empecemos, más sólidos serán los resultados.
Como adultos tenemos la responsabilidad de acompañar a nuestros hijos desde los primeros años.
Así también, de enseñarles a ponerse metas y objetivos, reflexionar sobre cómo encontrar los medios para cumplirlos, establecer prioridades, sortear tanto los obstáculos que se presentan, como la frustración y los tiempos de espera.
La importancia de la enseñanza
Es fundamental acompañar a los niños en este terreno, cuando las decisiones aún no son cruciales y decisivas.
Está comprobado que el fortalecimiento del autoestima en los primeros años, se ve reflejado en la personalidad en edades más avanzadas.
Resulta muy satisfactorio para cualquier persona llegar a cumplir objetivos planteados, y también es un buen entrenamiento desarrollar la perseverancia y la tolerancia a la espera para que los mismos se concreten.
Si uno puede posponer poco a poco una gratificación inmediata, adquiere una gran ventaja, que es la posibilidad de plantearse metas más grandes y trabajar a largo plazo para que las mismas se cumplan.
En este aspecto, el ahorro aparece como una cuestión esencial. Aprender a ahorrar es lo primero que hay que hacer.
¿Por qué el ahorro?
Porque se establece como un medio para cumplir una serie de objetivos propuestos. Y si aprenden desde pequeños a ahorrar, generarán el hábito de gestionar correctamente sus finanzas personales a futuro.
¿Cómo acompañarlos en este aprendizaje mientras ahorran al mismo tiempo?
Lo primero es que no pueden aprender a ahorrar, si no lo ponen en práctica.
Por lo tanto, se les puede brindar la posibilidad de recibir algún tipo de pago o retribución, o también se les puede brindar una mensualidad.
Es recomendable comenzar de a poco. Si como adultos a veces se nos dificulta administrar nuestro salario mensual, no podemos pretender que nuestros hijos hagan lo mismo.
Empieza con una cuota semanal o mensual para conseguir un objetivo
Es aconsejable arrancar por un pago o mensualidad semanal, con establecimiento de metas alcanzables, primero a corto plazo y gradualmente a largo plazo.
El beneficio del intercambio de pagos por ayuda en determinadas tareas, les enseña el valor del esfuerzo para ganarse las cosas.
Por otro lado, la mensualidad también posee sus ventajas, ya que fomenta la autonomía, porque les brinda la posibilidad de poder gestionar su dinero sin tener que pedirlo.
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Juegos didácticos de manejo del dinero
Asimismo, el ejemplo aparece como un buen recurso para el aprendizaje. Enseñarles desde las historias, las películas y los cuentos. Aprender jugando, con juegos de mesa como el financiero, o el monopoly.
Hacerlos parte de las metas de ahorro vacacional
A su vez, podemos también hacerlos parte de nuestros propios ahorros, metas y resultados. Por ejemplo, si les mostramos a los niños que estamos ahorrando para las vacaciones, y les demostramos cómo lo vamos haciendo, no sólo les enseñamos sino también los hacemos parte de la toma de decisiones del hogar.
Porque niños autónomos, tienen más posibilidad de construir un futuro prometedor.