Cuando se habla de inversiones, la gente suele pensar en colocar un monto de dinero en finca raíz, quizá en la palabra riesgo, tasas de interés, préstamos, montar un negocio, etc.
Queremos citar esta vez, la historia que nos cuenta en su blog, Rodrigo Álvarez, autor del blog Neurona Financiera, quien ha participado en programas de radio y televisión con columnas sobre finanzas personales y usualmente es convocado como referente de la materia:
“Te lo cuento con algo que me pasó hoy. Tengo las notificaciones del celular apagadas.
Eso me permite evitar la tentación de ir hacia el teléfono cada vez que aparece algo en la pantalla.
Yo elijo cuando miro el teléfono y no él.
Esta metodología de control de tiempo hace que cada tanto vaya al teléfono a ver si me llegó algún mensaje.
Idealmente algunas contadas veces por día.
Hoy de mañana cuando lo hice había un montón enorme de mensajes en un grupo de WhatsApp del que soy parte, que es de un curso sobre inversiones financieras que estoy tomando en una prestigiosa universidad.
Justo ayer hubo clase y yo no pude participar porque tenía una actividad con mi hijo, así que decidí ver la clase grabada posteriormente.
¿Qué pasó? Fue lo primero que pensé cuando vi los 50 mensajes en un grupo donde la mayoría de los mensajes suelen ser: «Me pueden pasar el link de la clase?»
La cuestión es que el profesor, que del tema sabe mucho, optó por hacer un rejunte de presentación de clases de master con alguna otra específica y quedó mezclado ingles con español.
Ahí estaba la cuestión, mucha gente estaba como araña peluda porque en el curso había mucha cosa en inglés. Por ahí vienen los tiros.
Gente pagó por un curso de inversiones y espera que le den el desayuno servido en la cama (metafóricamente hablando)
Invertir no es una ciencia mística para iniciados en un arte misterioso.
Es mucha más fácil que eso.
La principal habilidad que necesitamos es sentido común.
La segunda es entender lo que estamos haciendo.
Para eso hay que estudiar.
Cuando digo estudiar va más allá de entender un instrumento en sí, me refiero a entender cómo se mueven los engranajes de los negocios, cómo funciona el mundo.
Para llegar ahí la primera inversión que debemos hacer es en tener las bases para poder entender.
O sea, invertir en nosotros mismos.
En el mundo financiero el 99% se maneja en inglés.
¿Querés aprender a invertir? Algo de ingles tenés que entender
No te digo que seas Shakespeare, pero una cartilla de un instrumento tenés que poder leer.
Muchas veces me preguntan en qué invertir cuándo tenemos poco dinero y en la mayoría de las veces la mejor decisión es en nosotros mismos.
Cuantas más herramientas tengamos mejor preparados vamos a estar para hacer crecer nuestros ahorros.
Idiomas, cultura financiera, negocios, emprendimientos, tecnología, etc
Todo eso suma.
Amplía nuestra visión del mundo y eso nos permite tomar decisiones con menos sesgos.
¿Queremos ser buenos inversores? entonces tenemos que estar dispuesto a aprender mucho.
No existe un curso donde luego de X horas salgas siendo Warren Buffet…y si te dicen que luego de dos meses vas a salir siendo el gran inversor, te están mintiendo.
No importa dónde estemos, reconocernos como eternos aprendices es lo que nos da la llave de la maestría.
Un abrazo
Rodrigo
Gracias a esta historia que Rodrigo nos comparte en su blog, podemos sacar un par de conclusiones.
La mejor inversión que podemos hacer (antes que todas las demás), es el conocimiento, la educación de nosotros mismos. Aprender un idioma, ir a la universidad por los estudios de aquello que nos apasiona, son de las mejores inversiones que podrás hacer en tu vida.
Y si tienes ganas de empezar desde ya, aquí te dejamos todo acerca de un producto de inversión para que vayas a la fija, sin tener que arriesgar tu capital o tus ahorros.