Aunque gocemos de buena salud y hábitos de alimentación saludables, lo cierto es que nuestro cuerpo necesita ejercitarse.
Para la salud mental y de nuestro organismo, hoy te contaremos algunas reglas básicas sobre cómo sacar el máximo rendimiento posible a una vida saludable y al gimnasio.
Ponte metas viables de cumplir
Es importante que empieces por pequeños retos, alcanzables a corto plazo. Si no tienes el hábito de ir al gimnasio, no pretendas de repente ir todos los días. Ponte metas que poco a poco puedas ir mejorando y superando.
También ten en cuenta que tus objetivos sean realistas. Si tienes una meta, debes plantearla a corto, medio o largo plazo dependiendo de su dificultad.
Que esté a la vista, es decir, visible en la nevera, en tu libreta o que te salte la alarma en el móvil.
Apúntalas, realízalas y date el placer de tacharlas cuando hayas cumplido. Hazte amigo de la disciplina.
No olvides que sean objetivos temporales. Un poquito de presión no viene mal para progresar. Así que ponte una fecha, comprométete y demuéstrate que eres capaz de cumplir.
Luego, sigue una rutina
La clave del asunto está en una sola palabra: hábito. Según los expertos, esta es la clave para concretar con éxito las metas que te propongas para tu salud física.
Vale recalcar, que ser constantes e incorporar en nuestro día a día los nuevos conceptos de salud y bienestar, como la importancia de practicar una actividad física constante y una dieta adecuada, es lo que te llevará a cumplir los objetivos propuestos al comienzo.
Prepara tus entrenamientos
Los expertos en fitness aconsejan preparar todo el material que se vaya a usar antes, para perder menos tiempo entre un ejercicio y otro.
Tanto como si tu objetivo es la pérdida de grasa, como si es la tonificación muscular, utiliza los descansos para entrenar otros grupos musculares, activarás más músculos durante tus entrenamientos y aumentarás el gasto calórico.
También recomiendan concentrarse en lo que estamos haciendo, para aumentar la activación de las fibras musculares implicadas en los ejercicios y mejorar el rendimiento.
Entrenar con otras personas
Esta es una manera divertida de conseguir constancia y motivación durante los entrenamientos, ya que se crea una competición sana que te ayuda a continuar y no desistir.
Además, cuando se tienen objetivos comunes, los éxitos se disfrutan más, se crean lazos sociales y el hábito diario se hace más llevadero.
Descansa lo suficiente
Así como está mal no moverse, también lo es hacerlo demasiado.
El descanso es siempre el gran olvidado cuando, por ejemplo, se quiere perder peso.
Se dice que el tercer pilar de una vida sana, además de la dieta y el ejercicio, es el descanso.
En este sentido, los expertos aconsejan que, si no dormimos lo suficiente, no seremos capaces de crear las adaptaciones necesarias para que nuestro cuerpo llegue de una forma sana al objetivo deseado.
Con esto, se aumentan las probabilidades de lesionarnos, empeorando nuestro estado de ánimo y generando un estrés añadido a nuestra rutina.
Comida sana que disfrutes
Es imprescindible que aprendas a satisfacer tus necesidades nutritivas en concordancia con tu entrenamiento.
La nutrición es vital para quienes practiquen actividad física, pues proporciona la fuente de energía necesaria para llevarlo a cabo.
Hay que recordar que, los alimentos que comemos impactan en la fuerza, la formación y el rendimiento, así como en la recuperación.
Al mismo tiempo, es importante aclarar que ‘comer sano’ de forma aislada no es la solución, ya que es necesaria su combinación con ejercicio físico.
Por tanto, la unión de ambos factores, es la que garantiza resultados.
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